¿Te acuerdas el día que dejé la puerta abierta y me quedé dormida?
Fuiste lo primero que vi al despertar. Y te asustaste cuando me viste allí, echa un murruño en mi cama, en pijama, abrazada a mi peluche, despeinada, con los ojos cerrados sin maquillar. Supongo que pensarías que áquel no era tu sitio. Cuando me desperté con el ruido dijiste "Me voy, me voy; te dejo dormir." Y con voz de zombi respondí: "No, quédate." Y me quedé allí, mirándote tumbada mientras tú te sentabas en mi silla. Y creo que fue ahí cuando te convencí.
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