lunes, 28 de febrero de 2011

This is the end.

Déjame decirte que me estoy encontrando. No sé si escontrando es la palabra, me conformo con que sepas que se de mí más de lo que sabía ayer. Que a lo mejor ambos pensábamos que soy como soy ahora porque me hicieron daño una vez. Y lo nuestro no es por eso. Esa historia de los corazones rotos, de la falta de entusiasmo, eso de tener los dos pies pegados al suelo es porque él me enseño a manejarme entre la discrección y la desconfianza. Pero eso ya no tiene que ver contigo. Lo tuyo es otra historia. Me gusta ser sincera, y si quieres la verdad: no me importa absolutamente nadie. No quiero estar contigo, ni con él. Parece tan claro hoy. Puedes tener toda la paciencia del mundo. Puedes esperar los 10.000, puedes esperar a que acabe el instituto, a que me vaya, incluso a que vuelva. Puedes esperar cada día de tu vida a que esté preparada para quererte, o simplemente a que te quiera. Pero cada día que te levantes con ese pensamiento, será otro día que pasarás equivocado. Y yo ya no puedo ayudarte.
"Somos un par de infelices sin nombre, no pertenecemos a nadie ni nadie nos pertenece, ni siquiera el uno al otro."

martes, 22 de febrero de 2011

Nos estás metiendo en un lío.

Quizá sea eso que intento no permitirme. Quizá sea, literalmente, que me gustan tus manos tocándome el culo, o tus dedos enredados en mi pelo, o tu brazo apretándome contra ti para que no me escape de tu lengua. Probablemente me pone. Quizá porque entraba en mi clasficación de imposibles que no iban a ocurrir, cuando veía como calculabas los milímetros con la vista para no subir mucho más allá de mis rodillas. Y por eso no me guardo el sarcasmo. Lo sé, mi objetividad te hunde el momento. Mis razonamientos son como el gong en medio del rezo o la campana cuando aún te queda un tercio del examen. Mi lógica acaba con lo que tú llamarías la magia, yo es que ya sabes que no creo en eso. Tú siempre intentando convencerme de que da igual perder el tiempo y yo intentando enseñarte una y otra vez que no es el tiempo que pasemos juntos no es el que perdemos, sino el que viene después. E ingenua, o no tan ingenua sigo yendo a tu casa a que nos torturemos el uno al otro por pura necesidad. Que no es sino pizquitas de cariño que hemos sacado a base de luchar el uno contra el otro. Y cada día es más difícil decirte las cosas porque cada día estoy más hundida en este pozo que comunes mortales adolescentes se emperran en llamar amor, en esta obsesión; que aún me queda dignidad para no hacer de ella bandera y pasearla por el mundo como hacen los demás, porque sí, no quiero ser como ellos. Así que hagamos un trato, yo, aquí, ahora, me dejo besar, pero date media vuelta antes de que se me escape uno de esos, sí, ¿cómo se llaman? Ah, sí, un "te quiero".

viernes, 18 de febrero de 2011

Temblando.

¿Sabíais que la madre de Hitler estuvo a punto de abortar? Al final, cambió de opinión. Esa decisión cambió irremediablemente el curso de la vida de millones de personas, de miles de millones de personas, dado que su nacimiento también sale en mis libros de historia, dado que sus crímenes me generan rabia a mí, que ni siquiera coincidí con él en el mundo.
¿Entendéis cómo una decisión mínima, ínfima en comparación puede romper y cambiar el curso de tantas vidas? A veces, el más pequeño roce, la más insignificante duda al hablar puede transformar por completo la tuya misma.

sábado, 5 de febrero de 2011

"Descripción del hombre: dependencia, deseo de independencia, necesidad."

Me pierdo en tus besos y en tu piel. Me enfado si me dices que te da igual que me pasee por tu cuello y sonrío si sueltas un "te quiero" como si fuera lo más normal. Y andamos de la mano por la vida y tiene un signficado totalmente distinto de lo que es en verdad, tan simple como lo pequeñita que me vuelvo entre tus brazos como si no hubiera nada más. Y te preguntarás cada día que por qué no soy un poco menos complicada, y yo me pregunto cada día qué viste en una persona tan complicada como yo. Y supongo que necesitas tu cuento de hadas, y sé con certeza que yo no soy ni siquiera un buen principio para tu historia. Y te quiero con fuerza, con ganas. Pero nadie debería saberlo, ¡ni siquiera tú!. Porque al fin y al cabo soy mala, inmensamente mala. Saldré con tíos que me den igual y les plantaré cuando me cansé de pasearme por su cama. Pensaré en ti cuando cualquier idiota me intente querer y atraparme en su jaula como tú jamás has hecho. Sónreiré cuando te vea paseando con otra y cuando llegue a casa romperé a llorar como una cría, y levantaré la cabeza cuando me digan "Te lo dije". Fingiré que soporto tu boca cerca de la mía y tu olor, y te haré creer que me he olvidado de todas las lágrimas que alguna vez me quitaste, de aquel verano que pasamos juntos y de los 7906 mensajes que nos hemos mandado. Y al final conseguiré que me odies, o simplemente me vale que olvides que algún día lo pasaste mal por mí. Y al final nunca sabrás que te quiero tanto que prefiero hacerte libre que depender de ti.

martes, 1 de febrero de 2011

Dicen que no hay Dios, que no hay Karma.

Dicen que no hay a quien rezarle, ni a quien pedirle. Envidio a la gente con fe. Capaces de acusar siempre que temen y de creer que otro puede cambiar lo que va a suceder. La fe es un rasgo de optimismo. Admiro a esa gente, capaz de creer en el aire. En una voz que no contesta. Por desgracia nosotros, en soledad, sólo nos tenemos a nosotros mismos.