lunes, 28 de febrero de 2011

This is the end.

Déjame decirte que me estoy encontrando. No sé si escontrando es la palabra, me conformo con que sepas que se de mí más de lo que sabía ayer. Que a lo mejor ambos pensábamos que soy como soy ahora porque me hicieron daño una vez. Y lo nuestro no es por eso. Esa historia de los corazones rotos, de la falta de entusiasmo, eso de tener los dos pies pegados al suelo es porque él me enseño a manejarme entre la discrección y la desconfianza. Pero eso ya no tiene que ver contigo. Lo tuyo es otra historia. Me gusta ser sincera, y si quieres la verdad: no me importa absolutamente nadie. No quiero estar contigo, ni con él. Parece tan claro hoy. Puedes tener toda la paciencia del mundo. Puedes esperar los 10.000, puedes esperar a que acabe el instituto, a que me vaya, incluso a que vuelva. Puedes esperar cada día de tu vida a que esté preparada para quererte, o simplemente a que te quiera. Pero cada día que te levantes con ese pensamiento, será otro día que pasarás equivocado. Y yo ya no puedo ayudarte.
"Somos un par de infelices sin nombre, no pertenecemos a nadie ni nadie nos pertenece, ni siquiera el uno al otro."

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