Ya no vale con colgar la sábana a secar y pensar que el río volverá a su cauce, ni la vida es un río ni el destino toma las decisiones por nosotros. Ahora ya no me importa, y hace un mes habría llorado de alegría de pura satisfacción. Pero dicen que la satisfacción de lograr un sueño no es obtener la recompensa, sino los altibajos del camino, los obstáculos y la pequeña satisfacción de mirar atrás y ver que has avanzado. Moldear a alguien debe ser satisfactorio, pero hacerse a uno mismo es sentir orgullo en cada una de tus decisiones.
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