El segundo es solo el primero de los perdedores. Quédate con la gente que estuvo cuando nadie estaba. Que se quitó de lo suyo para dártelo a ti, quien sacó tiempo de la nada y te dio los mejores días de tu vida. Quien se tragó el orgullo para que fueras feliz. Y entonces déjalo ir, bajo el riesgo de que sea otra persona quien se cruce en su camino. Buena suerte.
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