domingo, 24 de mayo de 2015

Con todas mis primaveras

El año más completo de todos se acabó. El año que más he llorado y más he reído. Que he conocido gente maravillosa, que he perdido gente que amé. Que me enseñó hasta donde puedo llegar sola, y acompañada. Que se sale de todo. Que tienes que decir lo que sientes, siempre, porque cualquier día cualquiera desaparece. Que no se pueden tener deudas, y no hablo de dinero. Que basta con preguntarse qué es lo peor que puede pasar para no tener miedo. Y que confiar es el acto más valiente.

La persona que me llamó en el primer minuto del nuevo año no llamó esta vez.

Lo primero que he tenido ha sido un abrazo de grupo que sorprendentemente no me ha hecho llorar, aunque sentía una felicidad como ninguna. Y un proyecto. Y tres viajes. Y retos. Y un futuro que, aunque incierto, no me asusta. Y personas que aparecen, y aunque no se queden, marcan sin doler.


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