jueves, 18 de noviembre de 2010

Las dos caras de la moneda.

El desamor es como un partido de fútbol, a veces uno juega muy mal. Sí, solemos estar a la defensiva, y si nos marcan un gol empezamos a atacar, desesperadamente. Al final del tiempo, que tampoco es eterno siempre hay alguien que gana y alguien que pierde. No se permite el empate en el juego del amor.
El primer partido con victoria es dulce, un sabor casi olvidado al siguiente partido, y al siguiente, porque entonces sólo recordarás la euforia. Pero el día en que te retires; el día que el último partido no haya sido el final apoteósico que esperabas, todos aquellos partidos que tuvieron su noche de importancia quedarán en el olvido, y sólo el primero habrá sido aquel que supuso un punto de inflexión entre quién eras antes y quién fuiste después.

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