Ni siquiera sé qué pinto yo aquí, qué soy, qué papel tengo. Si al menos me dieran mis respuestas y dejaran de cambiarme las preguntas. Y como una estúpida preparando, ¿qué? Madre mía, me miro al espejo y me doy vergüenza. Qué gilipollas he sido. Predicando los consejos que nunca aplicaré y pidiendo ayuda para ignorar luego a quienes sabían que pasaría esto. Como si las cosas fueran a cambiar sólo con quererlo. Usas tiempos futuros sabiendo que no existen. Sólo soy un juguete, medianamente entretenido, hasta que llegue otro mejor. Mientras vas buscando sustituto.
Sentí que yo no era nada y eso dolió más que perderlo todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario